Graziela

LA EXTRAÑA MIRADA

Cuando le conocí me pareció que tenía una mirada extraña. Su ojo izquierdo se quedaba fijo, lo que me resultaba un tanto inquietante. Me ponía nerviosa. Al poco tiempo ya ni advertía aquella particularidad suya. Estaba tan enamorada que pronto pasé por algo una nimiedad así. Supe que era la consecuencia de un accidente.

Al final me acabe casando con él y era tan feliz… Pero no paso mucho tiempo hasta que me di cuenta de que no lo podía soportar. La primera vez que vi aquel ojo color castaña mirándome atento desde un vaso de agua en la mesilla de noche, no conseguí dormir. Me sentía observada en todo momento y aquello me impedía conciliar el sueño. Sabía que me miraba incluso con la luz apagada. Ese iris irreal… Su pupila como una sima parecía absorberme, robarme la energía. La claridad entraba por la ventana y siempre se reflejaba en la esclerótica artificial, lanzando destellos cristalinos. Estaba obsesionada. Amaba a mi marido pero el dichoso ojo se empezó a interponer entre nosotros y acabaría con nuestro matrimonio si no encontraba rápido una solución a mi calvario. Él me veía preocupada, pero yo no me atrevía a confesarle mis temores.

Una noche me desperté sudando, había tenido una pesadilla terrible, cuando fui al baño a refrescarme noté cómo la mirada del ojo de cristal me seguía, girándose sobre sí mismo dentro del vaso. Tenía vida propia y yo lo sabía, me estaba haciendo perder la razón. Me daba miedo. Pero me atreví a cogerlo y con rabia lo lance por la ventana. Escuché el ruido que hizo aquel artefacto diabólico e inútil al chocar contra el suelo desde el séptimo piso y supe que se había estallado en mil pedazos y ya nunca más me molestaría su presencia.

Mi marido está mucho más atractivo con el parche de cuero, me recuerda las románticas historias de corsarios de Salgari que leía en la adolescencia. Y he vuelto a ser feliz
Etiquetas: edit post
9 Responses
  1. Anónimo Says:

    Un relato verdaderamente inquietante, menos mal que en otro vaso no dejaba la dentadura.
    ¡Estás muy prolífica, enhorabuena!
    Javier


  2. PILARA Says:

    Una historia muy buena, y un final estupendo.


  3. Cartas Says:

    Muy bueno, me ha gustado mucho. Yo también preferiría un pirata romántico durmiendo al lado que un ojo con vida propia, por dios!


  4. Pilar Says:

    Que imaginación!!!!!!!!!!!!!

    Admiro tu capacidad para inventarte historias.

    Un beso


  5. Anónimo Says:

    ¡OJO CON EL OJO! DA YUYU


  6. Anónimo Says:

    Se merecia (el ojo) deslizarse por el tobogán del v.c. Me ha gustado mucho.


  7. Nines Says:

    Graziela, me parece genial, que imaginación, da un poco de miedoooo el ojo, pero el final fantastico.


  8. Anónimo Says:

    Curioso relato.

    Es cierto que a veces un buen parche es mejor que una mala prótesis.

    Besos.


  9. Virginia Says:

    jajaja, genial! relatos como este tienen que animar a otro libro, felicidades!