Graziela


AÑORA LUCIA

Añora Lucia las tardes de estío; los días de playa, los baños de sol y el frío punzante del Cantábrico.
Añora Lucia a las compañeras de las carmelitas, las chicas del Club de Campo, la potrilla dócil y las clases de golf con papá.
Añora Lucia la risa chisposa de su madre, oírla cantar y esa alegría que esparcía con la mirada, cuando los días aún eran azules y luminosos.
Le añora Lucía, le echa tanto de menos… y es que un conductor ebrio se lleva por delante mucho más que a un hombre prudente.
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2 Responses
  1. pilara Says:

    My bien, Ángela. Así me gusta, por partida doble, porque es tan bonito que apetece leerlo dos veces.


  2. Javier Says:

    Demoledora e irreversible historia en 5 líneas. Como en los cincos segundos en que se puede perder casi todo.