Graziela
SALTAR


Ya lo intentó una vez, y en el último momento no consiguió reunir el valor suficiente para dar el paso definitivo, pero no estaba dispuesta a volver a fracasar. El vacío la atrajo como un potente imán cuando logró encaramarse a lo alto del puente. No había ingerido más que infusiones relajantes desde la noche anterior, temía que los nervios la traicionasen en el último momento. Estaba convencida de que quería hacerlo, tenía que hacerlo. El aire acariciaba su rostro. Sentía miedo y un escalofrío recorrió toda su columna haciéndola encogerse, pero no se amilanó. Era muy temprano y allí arriba soplaba un viento helado. Temblorosa, cerró los ojos y por un momento pensó en lo que se disponía a hacer.
Mientras caía a gran velocidad no sentía nada, sólo el vacío como una inmensa sima azul que se aproximaba a su cara para engullirla. Escuchaba su terrible grito retumbar en el espacio, cuando un tremendo tirón sacudió todo su ser y la hizo elevarse de nuevo en el mismo instante en que su pelo rozaba el agua.
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4 Responses
  1. Me daría mucho miedo participar en este "deporte-aventura" llamado puenting. Nunca me he atrevido. Me gusta mucho el relato porque sorprende al lector. Cuando crees que vas a ser testigo de un suicidio el final lo cambia todo.


  2. Cruz Says:

    Muy bueno, Graziela. Escueto e impactante, felicidades.


  3. Anónimo Says:

    no te veía estampándola contra las rocas, jijiji. Muy bueno el cambio final, gracias!


  4. Nines Says:

    Por Dios que susto, No te veía como dice el anterior comentario estampándola contra las rocas. Cuantos cambios Graziela.