Graziela


I- INESPERADO ENCUENTRO

La anciana se detuvo ante mí, implorando con la mirada.
- No veo mi casa – dijo agobiada.
- ¿Dónde vive?
- Cerca del Río, creo, y mi madre me espera –contestó agarrándose a mi brazo.
Comprendí que se encontraba más que extraviada, totalmente perdida. Yo le hablaba despacio, mientras paseábamos. En cinco minutos recorrimos un corto trecho y apareció por la esquina una chica de uniforme que al vernos corrió hacia nosotras.
- Juana. ¡Qué susto nos has dado! Anda vamos.
- Déjeme yo con usted no me voy, no la conozco.
La chica, nerviosa, se impacientó al ver que la viejecita no quería soltarme. No me importó acompañarla a la residencia de la que huía en cuanto podía, como supe después por su cuidadora.
-Adiós hija- dijo al despedirse de mi, con la resignación y la tristeza reflejadas en sus ojos de agua.
Sentí pena.

Microrrelato publicado en el Cuaderno Literario nº 3 de Tirarse al Folio, "Cuentos de Invierno entre la nieve y el fugo", que aparece como Vivencias-I.
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2 Responses
  1. pilara Says:

    Es dura la vejez, la falta de momoria. Es bonito y tierno el relato, en perfecta consonancia con la autora.


  2. Javier Says:

    ¡ ES TAN TRISTE VIVIR UNA VIDA Y OLVIDARLA DESPUES ! Olvidar que amamos, olvidar que soñamos,olvidar que somos. TERRIBLE
    Javier