Ya
huele a Navidad: a pino, a horno de leña, a mantecados, a invierno; las floristerías se
visten de rojo y las calles de luces y brillos.
Todo
ello no tiene mucho sentido para los que no disfrutan con estas fiestas: no les
gustan, se sienten solos, añoran a los que no están…
Fuera de convencionalismos y compromisos, si conseguimos contactar con la alegría, la gratitud por sentirnos vivos y en paz,
tal vez recobremos la ilusión, esa emoción que nos ayuda a vivir mejor y sonreír,
a veces, por motivos que solo nosotros conocemos.
De cualquier
modo, desde el corazón yo te deseo Felices Navidades, a tu manera.
Graziela