Graziela


MUJERES EN UN BAR

Una mujer está en un bar y escucha una conversación en la mesa de al lado.

- De verdad que estoy impresionada. No sabes que desagradable

- ¿Pero que ha pasado?

- Esta mañana muy temprano me han despertado los ruidos de las sirenas. Se oían muy cerca y eso que la calle Tomillo es muy tranquila. Luego me he vuelto a dormir pero había mucho jeleo en la escalera. Gente que subía y bajaba, voces, puertas que se abren y se cierran y de pronto suena el timbre.

- ¿Y qué hora era?

- Debían ser las ocho y pico, aún no había sonado el despertador de Guille. Bueno, el caso es que yo me he puesto una bata y he salido a abrir. Casi me quedo muerta al ver al policía con otro señor muy serio y circunspecto. Menos mal que sabía que el chico estaba durmiendo como una marmota en su cuarto, sino ¡Imagínate que susto!

- Sí, menos mal. ¿Y que querían a esas horas?

- Muy nerviosa, les hago pasar y me empiezan a preguntar por D. Enrique, el vecino del sexto C. Chica, he respirado...

- No me extraña ¿Y quién es?

- Un anciano más raro que la calentura. Un borde que no se hablaba con nadie.

- ¿Y vive solo?

- Más solo que una almeja, y así se lo dije a los agentes. Querían saber quién le cuidaba, si tenía familia, cuando le había visto por última vez... Hija, un interrogatorio en toda regla. Pero ya me conoces, les dije que o me informaran de lo que había pasado... y me lo contaron todo.

- Sigue, sigue que cada vez estoy más intrigada. Voy a pedir otro café ¿Tú que quieres? que con este follón todavía no has pedido nada.

Intrigada y preocupada se empezó a mostrarse también la mujer de la mesa de al lado que escuchaba conversar a las dos amigas, sin perder detalle, ni intentar disimular su interés.

- Pues un café con leche y una tostada con aceite. No he tenido tiempo de desayunar y me va a dar un vahído en cualquier momento. Bueno, yo sigo, que sino pierdo el hilo.

- Si si, continua.

- Al parecer algunos vecinos habían notado un olor raro en la escalera y como ya sabes que la gente es muy dada a llamar a la policía, habían recibido un aviso y estuvieron investigando. En el sexto C no respondía nadie y parece que el tufo cada vez era más fuerte, así que han tenido que tirar la puerta abajo y allí encontraron al viejo, tumbado en la cama más tieso que un paraguas. Tuvo que venir un juez a levantar el cadáver y estaban intentando localizar a la familia. Por eso interrogaban a todos lo vecinos.

- ¡Que horror! Se ven esas cosas en la tele pero parece que si es un vecino tuyo impresiona más ¿No?

- Y tanto. Yo les dije que creía que tenía por lo menos un hijo casado y una hija soltera. La verdad es que no había quien le aguantara y desde que murió su mujer, que era una bendita, vivía solo. A la hija la ponía de puta para arriba, que lo escuchábamos todos los vecinos, y se la veía como muy buena chica, hasta que de pronto dejé verla; con el hijo ya no se hablaba en vida de la madre....

- Es una lástima terminar así, aunque hay gente que se gana lo que tiene a pulso.

La mujer que escuchaba desde la otra mesa, sin poder ocultar ya su nerviosismo, sacó la cartera para pagar la cuenta cuando la música de su móvil la hizo buscar dentro del bolso azoradamente hasta dar con el aparato. Hola Enrique ¿que pasa? Si yo también se lo de tu padre. No, no me ha llamado tu hermana, me acabo de enterar mientras desayunaba. Vale, me paso por la oficina para avisar y voy para allá.


Se quedó pensativa mirando el aparato, sin percatarse de que las señoras de la mesa de al lado la había estado escuchado. Cuando pasaron por delante, una de ella se paró y le dijo “Le acompaño en el sentimiento, si necesita algo yo vivo en el quinto C” de Tomillo 22.
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3 Responses
  1. encantada Says:

    Hacía tiempo que no pasaba por aquí, y hoy cuando paso me quedo de piedra con este relato. Final inesperado, como los de mi amigo Fulgen. me encantan. Un beso.


  2. PILARA Says:

    Es triste sembrar tanto rencor y estar en boca de extraños. Y muy duro entererse de una noticia tan impactante por casualidad.
    My bien.


  3. Nunca se sabe quién puede escucharte en la mesa de al lado. Muy bueno. Saludos!