DE NUEVO JUEVES
De nuevo jueves. Un jueves más después de dos años, años que han parecido siglos sin verte, sin poder contar los días, sin que el aliciente de nuestros encuentros partiera la semana en dos, haciéndola más llevadera.
Desde el principio tú mantuviste que era el mejor día para quedar, el cuarto de la semana, el que siempre está en medio, el de Júpiter, quinto planeta del sistema solar y el menor, sin embargo para mí era el más importe, el mejor. Contaba las horas y ya el miércoles notaba como el humor se me alegraba, reía con cualquier cosa, ni siquiera me molestaban las travesuras del niño, o los desplantes de Rogelio, que regresaba a casa, como siempre, hastiado del trabajo y de esta vida aburrida que compartimos desde hace demasiado tiempo.
Te reías de mi entusiasmo, de mi ilusión y de mi amor, y aún bromeabas diciendo que ese dios romano que daba nombre a nuestro día era el de la lluvia, el rayo y el trueno y que mucho iba a llover y nos fulminaría un rayo si nuestras respectivas familias se enteraban de lo nuestro.
Y que era lo nuestro… Lo he pensado muchas veces. Un encuentro semanal en el que nos transformábamos, y yo dejaba de ser la mujer gris de opalina, hermética y anodina, para recobrar esa juventud que aún se escondía detrás de tus ocurrencias, con las que nunca dejabas de sorprenderme, o de mis nimiedades y excusas de reprimida, que tanta gracia te hacían. El roce de tu mano en mi piel era la felicidad, el paraíso poder aspirar el aroma dulzón de tu perfume, aunque fuera en una cafetería entre la gente y el humo.
Nada del otro jueves, tiene gracia la frasecita viniendo de ti. ¿Sabias que los jueves de un año determinan la numeración de las semanas? Así la primera semana del año es la que contiene el jueves. Además si un mes comienza en jueves habrá martes trece. Como verás yo también me he acostumbrado a buscar curiosidades sobre nuestro día, pues las horas sin la perspectiva y la emoción de un posible encuentro se me han hecho eternas.
Se da la circunstancia que tanto tú como yo hemos nacido en jueves. Lo comprobé mirando nuestras fechas en un calendario perpetuo y es curiosos, pues los que nacen ese día de la semana dicen que son personas sabias que protege el conocimiento y la enseñanza; que traen la luz, aunque pueden parecer arrogantes y sabelotodo, pero francamente, no creo que yo de esa imagen.
Al recibir tu llamada, al escuchar tu voz al otro lado de la línea el corazón me dio un vuelco y volví a sentir la misma emoción, notaba como se me empezaba a formar aquella presión en la boca del estómago, como si me dieran una vuelta de tornillo con cada frase tuya. Percibia una oleada de euforia recorrerme entera, estoy segura de que incluso me había sonrojado. ¡Menos mal que estaba sola en casa! ¡Qué apuro, y que alegría a la vez!
Ahora puedo asegurarte que mis sentimientos no han cambiado, que no se como he podido vivir todos este tiempo sin ti. Pensarás que soy otra, tan charlatana, tan abierta… y es que me he dado cuenta que tú dabas otro sentido a mi existencia. Podemos llegar hasta donde tú quiera. Por favor Mara no me dejes nunca.
Toda una historia, bien documentada, con información muy interesante y curiosa.
Me ha gustado mucho tu relato. Me he visto reflejada en él, aunque no hasta el punto que creo enteder que describes.
hola;como siempre chapó, esta genial
Como siempre disfruto leyendo todo tus relatos, fenomenal me ha gustado mucho, y el final sorprendente.
Una hermosa historia. Es bueno que el amor venga a romper las rutinas, e incluso los esquemas. Me gustan los jueves.