LA
MENTIRA
–Hay que llevarla al hospital, tiene
un buen corte. Tendrán que coserla– sentenció la abuela al ver que no se paraba
la hemorragia. Recuerdo que al
escucharla los ojos se me salían de la cara.
–¡Si no fuerais tan
desobedientes...! Tendría que daros una azotaina a vosotros, los mayores. –dijo el abuelo cogiéndome en
brazos, tras envolverme la pierna en una toalla.
La dichosa herida no curó bien; se
infectó, tuvieron que abrírmela, mandarme antibióticos y llevarme a la
enfermera muchos días. Allí debió nacer mi vocación. ¡Con el miedo que me daba
la sangre...! y mira, todo el día con la aguja en la mano y entre enfermos.
Recordando me quedé helada. En la
radio empezó a sonar "la mentira". Me encantaba ese bolero. Al
repetir la letra:
"Se te olvida,
que me quieres a pesar
de lo dices
pues llevamos en el ama
cicatrices
Imposibles de
borrar..."
Con tristeza pensé, que no todo
ocurre por desobedecer cuando eres niño, ni todas las heridas me habían dejado
una fea cicatriz como aquella. Ojala fuera tan simple la vida. La que realmente
me dolía y nunca terminaría de curar no estaba visible, era de esas que te
rompe por dentro.
"Pues llevamos en
el alma cicatrices
Imposibles de borrar.
Se te olvida
..."
Todo mi universo giraba en torno a
él. Trabajar para los dos, dejarme el sueño en guardias para conseguir más
dinero y alcanzará sus sueños, que eran los míos; que él pudiera seguir
estudiando, formarse con los mejores,
hasta ser el más preparado. Luego llegaron los congresos y me fue dejando
atrás, como sus promesas. Mi vida había sido una gran mentira.
"Y hoy resulta
que no soy de la
estatura de tu vida
Y al dejarme casi casi
se te olvida
que hay un pacto entre
los dos.
Por mi parte
te devuelvo tu promesa
de adorarme
Ni siquiera sientas pena
por dejarme
que ese pacto no es con
dios"
LA MENTIRA Pincha aquí si quieres escuchar la canción.
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